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Un curioso título para una sesuda investigación llena de rigor y originalidad en la que, por momentos, la propia rana cuenta al lector en primera persona los avatares de su construcción y el porqué de su importancia.
Cada día miles de personas apuntan su dedo índice hacia su pétreo objetivo, mudo testigo de la historia que, para desconocimiento del gran público, guardaba un secreto que ahora Benjamín García-Hernández acaba de sacar a la luz.
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